El XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes (SED) acogió una mesa redonda sobre la relación entre la diabetes y la neurodegeneración. Tal y como señaló Félix Bermejo Pareja, del Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, «hay una relación importante, aunque el mecanismo no es bien comprendido todavía, entre la diabetes, que es una enfermedad tremendamente frecuente en el anciano, y las enfermedades degenerativas, que también lo son. En las personas que tienen diabetes hay un pequeño pero claro aumento del riesgo de padecer Parkinson, enfermedad de Alzheimer, otras demencias y declive cognitivo». El experto aseguró que «la enfermedad de Alzheimer es más compleja que la relación entre la insulina y la diabetes. Pero el ciclo de la glucosa y de la resistencia a la insulina son aspectos importantes en el desarrollo del Alzheimer: los factores de riesgo vasculares inciden en el cerebro del paciente con Alzheimer y facilitan la aparición de demencia«.
Geert Jan Biessels, del Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda) habló sobre la cognición y la diabetes. «Hay básicamente dos tipos de disfunciones cognitivas en pacientes con diabetes. Por un lado, tenemos la demencia, que aparece principalmente en sujetos de mayor edad. Por otro, en los más jóvenes podemos apreciar ciertos cambios, que ahora sabemos que no corresponden con una demencia incipiente. Los siguientes pasos se deben dirigir a comprender mejor los mecanismos y al desarrollo de tratamientos específicos para prevenir la aparición de la demencia». El experto holandés manifestó que «hay estudios que están usando biomarcadores para indagar en los mecanismos específicos precoces por los que estos procesos patológicos son acelerados por la diabetes en el cerebro«. Además, «estamos analizando grandes ensayos clínicos sobre tratamientos que usan fármacos antidiabéticos o de otro tipo y se está comenzando a saber qué fármacos pueden tener un efecto beneficioso sobre la cognición».
El último de los ponentes fue Florin Despa, de la Universidad de Kentucky. «Recientemente -dijo-, hemos descubierto que los pacientes con diabetes tienen un nivel elevado de amilina en el sistema circulatorio y también una mayor propensión a acumular esta amilina agregada en el cerebro y desarrollar acúmulos de beta-amiloide y amilina, que es de los desencadenantes del Alzheimer. Por ello, creemos que, si nos centramos en estudiar cómo controlar los niveles de la amilina que circula en la sangre, quizá se puedan desarrollar aproximaciones terapéuticas para, al menos, ralentizar la progresión del Alzheimer», concluyó.
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